martes, 27 de septiembre de 2016

Demon Hunter Capitulo Piloto.


WARNING:
Lo que estas por leer es extremadamente estúpido e incoherente. Falla miserablemente en su intento de ser gracioso, y solo son los desvaríos de un adolescente de 17 años con constantes erecciones. Esta cargado de comedia absurda y grosera que te harán pensar en porque si quiera pensó en hacer esto. Recomendamos que lo leas con un adulto supervisor. Si decides leerlo, sera bajo tu propio riesgo.




DEMON HUNTER

Un adolecente de 18 años y una joven de 22, discuten fuertemente mientras entran a una casa de dos pisos de color azul claro. Ella entra primero, camina mientras se amarra el cabello negro; largo y sedoso. En su espalda, en una funda, figura una katana. El entra después de ella, su cabello es corto y negro. En sus bolsillos hay dos Magnus y en su espalda un hacha.

— ¿No puedo creer que seas tan celoso, Deblim?-Dijo ella enojada.
— ¿De qué demonios hablas? Yo no soy celoso. –Dijo el indignado.
—Golpeaste a ese sujeto solo porque me miro. –Dijo gritando.
— ¡Con lujuria!-Reprocha él.
— ¡Era gay!-Dice abriendo los brazos.
—Miraba tu collar, probablemente pensaba robártelo. Deberías agradecerme.
—Eres un idiota.
—Y tú eres una zorra.
— ¡Pendejo!
— ¡Puta!
— ¡Cabrón!
— ¿Quieres tener sexo?-Dijo con él con una sonrisa entusiasta.
— ¡No!-Grita ella, muy enojada.
— ¡Sí!—Dijo con una sonrisa—….Espera ¿Qué? —Dijo mientras se daba cuenta de lo que acaba de pasar— Esto está mal. He visto muchas veces como esto termina en sexo.
—Esto no es una serie o una película.

Ahora, de seguro de estas preguntando, como yo, Deblim y esta chica japonesa de tetas grandes terminamos en esto. Pues, te contare la historia de cómo me convertí en un cazador de demonios. ¿Qué? ¿Qué no te interesa y te vale un pepino podrido? Pues te jodes, igual te la voy a contar. ¿Qué porque esto comenzó en relato en tercera persona omnisciente y ahora es en primera? ¿No te gusta? Pues acostúmbrate, esta mierda será muy loca. Además ¿Qué te esperabas? Este tipo del escritor ni siquiera termino el colegio, y acá ínter nos, solo se baña tres veces a la semana ¿A que es asqueroso? …. ¿Si? ¿Ah, enserio? Ok…Si eh. Me acaban de avisar por interno que ah amenazado con borrarme como personaje si lo sigo jodiendo.
Muy bien, vayamos con la historia.

LA HISTORIA

Un joven está sentado frente a una pantalla. ¡Carajo! ¿Otra vez en tercera persona? Decídete cabrón. Está bien, quieres narrar tú en primera persona, hazlo, yo me largo. ¡Oye escritor! ¿Alguna vez has pensado que tienes serios problemas mentales? Bueno, ya se fue.

Todo comenzó cuando estaba sentado frente a mi televisión en mi cuarto. Como siempre todo estaba desordenado. Ropas sucias en el suelo y encima de una silla, bolsas de comida chatarra en el suelo y alrededor de la TV. Era todo un desastre.
Me encontraba viendo un anime como siempre hago, y mi madre toco mi puerta. Ella entro con vehemencia. ¿Con vehemencia? Ulala señor francés. ¿Entonces como se dice? “Como una puta loca” ¡Maldita sea creador! Déjame narrar. ¿En que me quede? Ah! si.

Ella entro con vehemencia, se le veía en la cara su gran enojo al ver todo el desorden. Me grito fuertemente que levantara todo y dejara de ver, y cito: “Muñequitos chinos”. A ella no le gustaban mis caricaturas taiwanesas. ¡Son japonesas! .Ya no te alteres narrador. Prosigo.

Ella recogió algo de la ropa, la que era blanca, ya que esa era la ropa que lavaría. Antes de irse me dijo:

—A pesar de que estas grandes sigues viendo esas tonterías. Hubiera preferido que fueras un drogadicto adicto al crack que un puto Otako.-Dijo, para luego irse azotando la puerta.
—Gracias Mamá. También te amo.

Lo que estaba viendo se llamaba Kokun y sus amigos. ¡Dragón ball! Cierto, eso. Dragón Ball.
Era la única cosa que pasaban por televisión en mi aburrida ciudad. Antes de que nos mudáramos a esta ciudad llamada “Dark” Yo podía ver muchos animes por internet, y muchos eran infinitamente superiores a esta cosa llamada “escroto del dragón”. Esto era lo único que tenia y me bastaba para no enloquecer.

En la noche, como siempre, salí a trotar. Corrí por varios minutos y pare frente a una dispensadora de bebidas. Metí una moneda y saque una botella de agua, la bebí presurosamente hasta acabármela de tiro. Estaba muy sediento. Decidí regresar a casa, por alguna razón estaba haciendo mucho frio y yo me sentía mareado. Pero mientras caminaba, algo me detuvo. Era una persona que había salido de un callejón. De inmediato pensé que era una mujer, ya que su silueta así me lo decía. Y si, era, en efecto, una mujer. Vestía todo de negro, su cabello era rubio y estaba bastante buena. Por un momento pensé en las cosas que me gustaría hacerle. Ella se me acerco, muy rápido, tanto que apenas la pude ver, y me dijo:

—Soy una bruja. Te sientes mareado por el efecto de mi magia. Ahora procederé a comerme tu corazón. Te preguntaras porque. Sucede que esa es mi forma de recuperar energías.

¿Energías? Pensé que era raro. Yo no la veía lastimada y mucho menos cansada. Además, es imposible que hubiera otros brujos, es más, era estúpido creer lo que dijo.

—Creí—Comencé—Creí que las brujas tenían la nariz larga y arrugada. Además de ser viejas y con pocos dientes. Además vuelan en sus escobas y caminan encorvadas.
—Soy una bruja no tu madre.
—Jaja. Good one.
—Si ya terminaste. Procederé a matarte.
— ¡Espera! Al menos puedo tener un último deseo.
— ¿Cuál? —Me pregunto exasperada.
—Que te esperes unos segundos más.
— ¿Por qué?
—Oh por nada. Por nada….

Pasaron un par de segundo y en el cielo, como si estuviera descendiendo de la mismísima luna, una mujer en traje de sacerdotisa aterrizo en el suelo, su cabello se balaceaba con el viento y sus tetas rebotaban como pelotas de básquet. Ella empuñaba una katana, la libero de su saya y apunto el filo contra la bruja. Ella retrocedió y apunto su varita mágica contra la sacerdotisa. Una luz se comenzó a crear en la punta de la varita y ella grito: ¡Patronus! (Si creo que Jk Rowling va a demandar a alguien) La luz se dirigió hacia la sacerdotisa pero ella la destruyo con su katana, luego se movió a gran velocidad, blandió su espada verticalmente y cortó a la bruja en dos. La sangre, las tripas y las viseras estaban esparcidas por todas partes y yo tenía ganas de ir al baño. La mujer guardo su espada, se volvió, me vio y luego se retiro volando.

Déjenme presentarme una vez más. Me llamo Deblim Abayada. Tengo 18 años y soy lo que se llama una paria social. No soy buenos en los estudios, menos en los deportes y no tengo ningún talento más que arruinar todas mis relaciones. Lo único bueno que tengo es que jamás me meto en problemas. Nunca lo he hecho. Jamás me he peleado ni eh insultado a alguien. Pero, ahora. Mientras veía el cadáver de la bruja y la policía me rodeaba apuntándome con sus armas y gritándome que me quedara quieto, era obvio que eso no se veía bien.

COMISARIA

Yo estaba sentado en la silla de acero, con las manos esposadas, esperando al oficial Gutiérrez. Era un hombre que se estaba quedando calvo, de barba espesa, y panzón. Tenía frente a mí una mesa de acero, y en ella estaba una taza de té caliente, me estaba tentando, pero no podía agarrarla. Ah! Suspire. Tan cerca y a la vez tan lejos. El oficial finalmente llego, entro con una mirada seria. Puso sus manos con todas sus fuerzas sobre la mesa, y mientras intentaba disimular que le dolió me dijo fuerte y firme:

— ¡Confiésalo! Tú la mataste.
—Claro que no—Le dije tranquilo—Solo pasaba por ahí, soy inocente.
— ¡Eso es lo que diría un culpable! —Grito mientras golpeaba la mesa con su puño derecho.
— ¿Qué? —Le pregunte extrañado— ¿Entonces qué diría un inocente?
—Ah. Pues…. ehhhh…hummm. ¡Confiesa!
—Alguien más la mato, yo solo estaba por ahí, fue una coincidencia.
— ¡Las coincidencias no existen!

En ese momento, el celular del oficial sonó. El timbre de llamada era una canción, una voz masculina y criolla dijo: “Coincidenciaaaaaas, coincidencias de la vidaaaa”

—Mujer—Dijo el oficial a su esposa—Cariño ahora no, estoy interrogando a un sospechoso. Si si. Hoy iré temprano. No faltare a la cena con tus….Hermosos padres.

El colgó y me miro. Tosió y me dijo que tal vez, quizá, las coincidencias existían. Intente explicarle que vi a una sacerdotisa matarla y que la muerta era una bruja. Y como era razonable me dijo que tenía que ir a un manicomio. Entonces yo lo mande a chupársela a un burro.

Estando en la celda, miraba a la luna por la ventana. Felizmente no me quitaron mi celular ya que lo escondí bien en mi trasero y no me registraron más allá de mis bolsillos del pantalón. Intente hacer una llamada pero no tenia saldo, pero, una llamada entrante me alegro. Puse el celular en mi oreja derecha y una voz baja y misteriosa me dijo:

—Eres el elegido.
— ¿El elegido? —Pregunte perplejo.
—Si—Dijo la voz misteriosa—Eres el elegido—Se cambio el tono de la voz—El elegido como nuestro concursante ganador de los dos boletos para el concierto de Madonna.
—Yo, a mi… A mí no me gusta el Pop, de hecho, lo detesto.
—Oh! Ammm. Adiós.
—Estúpida radio.

Después de la llamada me eche en la pobre imitación de cama de la celda y me puse los audífonos y escuche tranquilamente la banda Monoral. De pronto, la sacerdotisa estaba frente a mí. Yo me quite los audífonos con rapidez y retrocedí hacia la pared. Ella se acerco y me dijo:

—Te he estado buscando por mucho tiempo, Abayada.
— ¿Cómo sabes mi apellido?
—He sido enviada a buscarte, necesitamos de tu poder en la batalla contra los demonios.
— ¡Pregunta!
— ¿Si?
— ¿Son reales? —Le dije mientras apuntaba a sus grandes magumbos.
—Si, lo son.
— ¡Lo sabia! Hay niponas con tetas grandes, y decían que yo estaba loco. (¡Estás Loco!) Ves.
—He venido a sacarte de aquí, maestro.
—Genial.

Ella se retiro y me dijo que vendría mañana a primera hora a sacarme. Entonces yo me volví a echar, pero ya no podía pensar en otra cosa más que en sus sandias. ¡Vaya!

Mientras Deblim dormía. ¡Ah! Volvimos con el tercera persona. Ya lo extrañaba. Mientras el pedazo de mierda del protagonista dormía pensando en las tetas que jamás le dejare tener. En la morgue, el cuerpo de la bruja se estaba regenerando ante la mirada atónita del doctor.

FIN

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